domingo, 19 de julio de 2009

Maña y Fuerza

Eusebio sale de su casa, y compra cigarrillos en el quiosco de la esquina. Mientras espera en la parada del colectivo, decide encender uno. Da una pitada e instantáneamente hace una mueca de dolor, mientras se lleva la mano a la parte inferior derecha de la quijada.
Mientras viaja en colectivo, cómodamente sentado y mirando por la ventanilla, nota por primera vez que un enorme porcentaje de los afiches y carteles publicitarios que decoran las calles incitan al transeúnte a comprar pastas dentífricas.
En el camino advierte que no ha desayunado, y su estómago se contorsiona y emite sonidos para asegurarse de que Eusebio no lo olvide. Toma un caramelo de menta del bolsillo de su saco. Segundos después, vuelve a tomarse la quijada con la mano, al tiempo que su rostro se transfigura por el dolor.
Eusebio desciende. A un lado de la parada del colectivo, un ciego vende cepillos de dientes. Eusebio maldice con toda su expresión y continúa su camino. Siete cuadras más tarde, finalmente arriba a su destino. Varias personas hacen cola al pie del ascensor. Su quijada le ruega que no ocupe el último lugar en la cola, y Eusebio decide tomar las escaleras. Doce pisos después, y bañado en sudor, Eusebio hace el intento de entrar al consultorio. La puerta no cede, y al retroceder, puede repara en un cartel que esta pegado en el vidrio con cinta adhesiva. “Cerrado por duelo”. Eusebio maldice, inventando maldiciones inéditas e irreproducibles, mientras camina hacia las malditas escaleras, esperando que el descenso sea menos cansador.
Mientras desciende, nota que una pareja se acerca escaleras arriba. La mujer es hermosa, y el aparente novio ostenta un par de brazos que claramente ha procurado tras varios años de gimnasio. Con algo de temor, pero muy determinado, Eusebio toma a la chica de la cintura y la besa apasionadamente. El joven musculoso, evidentemente sorprendido y nada conforme con la situación, le propicia a Eusebio una tremendísima golpiza en el medio del rostro. La chica emite un suave gritito, y mira a Eusebio algo apenada. Pero éste se sacude, besa al novio en ambas mejillas, y ante la perplejísima mirada de la joven pareja se retira canturreando, con la muela en la mano.

5 comentarios:

Unknown dijo...

genial!!
me encantó, muy lindo!

ahora voy a leer un par más, jeje.

un beso!
edu-

(llegué desde el blog de liniers, me intrigó lo de los sombreros. el blog de liniers es copado para buscar gente copada, JAJAJAJA)

Agnis dijo...

Te felicito, es muy original tu idea. Voy a tratar de leer siempre tu blog

Rainstorm dijo...

jeje muchas gracias por pasar y leer. es verdad, en el blog de liniers siempre se encuentra gente copada
Me pone muy contenta recibir gente que lea lo que escribo :) asi que gracias otra vez

Gus dijo...

Me gusto mucho, muy interesante la propuesta, segui asi, voy a seguir leyendo un poco mas :)

Anónimo dijo...

Su blog se hace famoso...y si estoy leyendo viste...

vio que no hace falta ir al dentista el dia de mañana hago lo mismo, en vez de sufrir todas las semanas en un consultorio...

beso...